Tren al sur

Luisa empaca sus cosas para un viaje corto, toma un par de blusas de tiras de sus cajones , dos trajes de baño y dos pares de jeans que tienen que ser suficientes para pocos días en la playa, lleva solo dos pares de zapatos para viajar ligera. Aiden, su novio, la espera en algún rincón de la costa, ha llegado con sus amigos hace días y la llama con insistencia porque el festival de música empieza mañana por la noche.

A Luisa no le gustan esos viajes improvisados, le molesta la falta de planificación y sobre todo le molesta quedarse fuera de su casa. Luisa estudia derecho y Aiden sociología. Ella sabe que en algunos años ella traerá el dinero a casa y trabajará hasta tarde mientras Aiden pasea en bermudas y duerme a los niños.

Es tarde, el tren sale a las 8 pm, por suerte podrá viajar en la madrugada y despertará viendo el mar, le asustan un poco las curvas de la carretera pero mientras duerme no las podrá sentir. El tren huele a limpio y Luisa acomoda sus carnosas piernas en un asiento ubicado en la mitad del tren, se siente más segura, ha comprado un pasaje de primera clase por lo que tiene espacio para colocar su mochila en la parte de arriba del asiento y acomodarse bastante bien, tiene cerca de metro y medio para estirarse a gusto. En el tren venden snacks pero ella saca un paquete de almendras de su cartera y come algunas. Luisa tiene las manos preciosas , la manicura perfectamente corta y las uñas pulidas al natural. Sus ojos redondos y azules la hacen ver más joven de lo que es y un cabello rubio miel le cae a media espalda.

El tren se llena rápidamente, pero el asiento de al lado está vacío. Luisa decide tomar una siesta para evitar la sensación de vértigo del viaje. La boca se le abre al relajarse en una preciosa 0 húmeda, se duerme al instante y sus pestañas rizadas hacen una sombra bellísima y espesa sobre su párpado inferior.

Después de 3 horas el tren para en la estación sur, algunos pasajeros bajan y otros suben. Son las 11 pm y las luces del tren se apagan para que los pasajeros puedan dormir. Al lado de luisa se ha sentado una hermosa mujer de aproximadamente 35 años, huele a rosas recién cortadas y tiene el cabello negro como la noche. luisa duerme y empieza a sentir vértigo mientras la mujer la besa profundamente, enredando su lengua deliciosa en la suya, rozando los dientes, mordiendo los labios, Luisa no quiere despertar. Los dedos de la mujer se escabullen por entre la ropa, y tocan suavemente sus pechos, los toca pausadamente haciendo círculos en los pezones. Luisa respira más fuerte pero no despierta. La mujer empieza a bajar hacia las piernas y abre lentamente su pantalón, toca su humedad en círculos y Luisa jadea levemente, la mujer introduce dos dedos, con uno acaricia la punta de su placer y con otro empuja dentro de ella. La sensación es deliciosa y perversa.

Luisa no despierta pero gime fuerte, La mujer tapa con la boca sus gemidos, la besa en círculos y baja a sus pezones, los pasajeros duermen y la mujer succiona lentamente su pecho mientras se introduce dentro de ella con 3 dedos. El placer es demencial y está a punto de llegar, el orgasmo es como una cueva de donde solo podrá salir al ver la luz. Su cuerpo responde solo, como un animal al que no puede dominar. Sólo existe la sensación y la urgencia de alivio. La mujer baja el pantalón totalmente y se coloca entre sus piernas. Empieza a succionar su monte de venus hasta tocar sus labios , la lengua se entretiene jugosa hasta que el cuerpo no resiste más y convulsiona. Luisa no quiere abrir los ojos. La mujer acomoda su pantalón, abotona su camisa, y le da un beso en los labios. Luisa despierta húmeda y sola, no hay nadie en el asiento de al lado y el aire tiene un olor a mar.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s