Ahora ha partido mi hermoso pequeño y amado compañero al sol y las historias se han opacado inexorablemente. Es un derrumbe emocional absoluto el vivir la ausencia y la muerte en los brazos. De la misma manera te he soñado, escribiendo ambos en el libro misterioso de la vida, yo dibujando árboles secos y tu invocando amores de siglos pasados e historias trágicas. Haciendo iluminaciones como un monje medieval. Sabíamos que al otro lado del sueño el gemelo opaco podría intuir las letras.
Más tarde te veo en las aguas claras de mi memoria, sumergido y ahogándote de pena y silencio. Mueres púrpura y te presto mi aliento, vuelves a la vida y vomitas las palabras como una babasa blanca blanca blanca… Después, tu voz resuena viva en mi cabeza, como un aparecido.
Mundos de Cera 
Duro, realista….bueno…a mi juicio, ME GUSTA!!!
Gracias por leerme!! La verdad es que la escritura es sanadora. Un abrazo.